La Fundación Príncipe de Asturias ha concedido este año 2014
el premio en la categoría de Deportes a la Maratón de Nueva York. El fallo
reconoce la destacada trayectoria de la prueba deportiva que se inició en 1970
y que ha trascendido hasta convertirse en un acontecimiento de integración
social, espíritu ciudadano y repercusión mundial. El jurado del galardón
también estima que los organizadores de la popular prueba han
"contribuido con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al
perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión del deporte”. El jurado del
Premio, considera que el Maratón de Nueva York "simboliza la mejor
convivencia entre el deporte aficionado y el profesional", que aglutina a
más de 50.000 participantes".
Efectivamente, puede afirmarse todo lo anterior sin sonrojo,
pero, ¿realmente los organizadores de la Maratón de Nueva York pueden
considerarse depositarios de los valores que se definen en los que has de ser
candidatos al galardón? Recordemos:
"la persona, institución, grupo de personas o de
instituciones que, además de la ejemplaridad de su vida y obra, hayan
conseguido nuevas metas en la lucha del hombre por superarse a sí mismo y
contribuido con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al perfeccionamiento,
cultivo, promoción o difusión de los deportes".
¿Cuántas organizaciones de eventos podrían cumplir con esta
propuesta? Igual que la maratón de NY, de igual manera está la NBA, la
organización de la Super-Bowl, el mundial de futbol,… Todos ellos contribuyen
con su esfuerzo, ¿de manera extraordinaria?, al perfeccionamiento, cultivo, promoción,…
Efectivamente, todas ayudan a la difusión del deporte, pero sin olvidar que
todas, todas, son un negocio privado muy lucrativo, donde la excusa del deporte
sirve para conseguir un objetivo totalmente respetable que es el lucro de una
determinada organización o grupos de personas. Desde el momento que la
organización de esos eventos deportivos buscan como principal objetivo el
lucro, en mi opinión, la contribución al perfeccionamiento, cultivo, promoción
o difusión del deporte queda apantallada en el concepto de “esfuerzo” y “de
manera extraordinaria”. Para mí la palabra “esfuerzo” y el concepto “de manera
extraordinaria” no está asociado al mega-lucro económico y los intereses
asociados con la Maratón de NY, o la NBA, la Super-bowl,… Hay muchas entidades
y deportistas ejemplares que cumplen con las bases del premio y que, por el contrario,
lo hacen sin ánimo de lucro. Obviamente no son tan mediáticas. Pero quizás más
ejemplares. Si la fundación de los premios quiere transmitir a la sociedad que
se quiere realmente premiar “esfuerzo extraordinario”, debiera evitar premiar
organizaciones cuyo fin último es conseguir dinero, aunque colateralmente
conlleven una excelente promoción del deporte. Eso sí, estos nombramientos aseguran más
portadas en medios de comunicación que otras de menor “relumbrón mediático”, y
aquí es donde se le ve el plumero a la Fundación: ¿se elige a los premiados por
sus méritos, o por la repercusión mediática que los premiados pueden
proporcionar? ¿Estamos premiando el esfuerzo, o premiamos a quién nos puede dar
más repercusión internacional? Francamente, vista la lista de premiados, abunda
mucho de esto último.
Yo he corrido la maratón de NY y, posiblemente, si hoy corro
maratones es porque un día vi por la televisión el puente de Verrazano lleno de
corredores. Pero para correr la maratón de NY hay que ser un privilegiado, porque
además de la forma física que requiere su preparación, es necesario tener una
buena cantidad de dinero. Si no hubiera miles de privilegiados capaces de
gastar esa buena cantidad de dinero todos los años, la maratón de NY no
existiría. Para premiar el esfuerzo de muchos deportistas ejemplares
merecedores del Premio Príncipe de Asturias no es necesario contar con la
capacidad económica de miles de privilegiados que corren por NY cada año.
Señores miembros de la Fundación Príncipe de Asturias, sean ejemplares con sus
nombramientos, y no dejen se les vea el plumero. Este premio, pulcramente
justificado, es una bofetada para muchos deportistas ejemplares.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo con el artículo.
El premio a mi particular parecer quedó totalmente desprestigiado el año que se le dió a Iker Casillas y Xavi Hernandez, porque?, pues independientemente que los dos ya lo tenían anteriormente por ser miembros de la selección nacional de Fútbol que se lo llevo un año antes, la argumentación de resaltar los valores de la amistad en el deporte, cuando en realidad lo que habían hecho era mediar en una discusión o pelotera que se había montado previamente en un partido Barça Madrid, para que las "aguas volvieran a su cauce", con todos los respetos una autentica paletada, máxime cuando se le quiere dar al premio un carácter internacional, no dejando de ser esto una discusión "local" de nuestra liga de fútbol doméstica.
Desde ese año los premios no tienen excesiva consideración por mi parte.
De acuerdo contigo. Ya puestos, el Maratón de Boston me parece más ejemplar, eso de salir a las calles después de lo que paso es un claro ejemplo de superación de la adversidad. Y allí correr, jamás será solo correr.
Wow, creo q no se puede expresar mejor, creo q el fin de este premio como bien dices es la repercusión mediática
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