El aprendiz de maratoniano

Historias sencillas de carreras

lunes, 13 de septiembre de 2010

Bruselas


Siempre que viajo a Bruselas es para una reunión, como a casi todos los sitios que viajo por motivos de trabajo. Pero en Bruselas siempre las cosas van muy ajustadas de tiempo y la agenda suele ser aeropuerto-reunión-hotel-reunión-aeropuerto, sin tiempo para ver nada. Aun así, son tantas las veces que he tenido que viajar a Bruselas que cada vez vas viendo cosas. Especialmente, siempre procuro sacar un rato para ir a pasear por la Gran Plaza. EN este caso, las cosas pintaban mal, pero un cambio de agenda de última hora me dio un par de horas libres por la tarde. Como ya no viajo sin mis zapatillas, ¿Qué mejor ocasión para darme una vuelta por Bruselas y volver a ver la Gran Plaza?.Mi hotel está cerca de la Plaza Louise. Desde allí me dirijo hacia el cercano Palacio de Justicia. Desde allí, por la calle de la Regencia, se llega al Parque de Bruselas, uno de los sitios donde los locales van a correr. Se entra por la esquina que comparte con el Palacio Real, majestuoso, pero un poco gris si lo comparamos con otros, in cluyendo el de Madrid. El Parque de Bruselas es un lugar agradable para correr. Tiene forma rectangular, el suelo es de arena, la temperatura perfecta (un poco fresco, pero no mucho), un poco húmedo,… En un lado del parque hay una preciosa fuente redonda (dicen que representa un símbolo masónico). Después de dar unas vueltas decidí dirigirme a mi objetivo: la Gran Plaza.
Salí por la misma esquina por la que entré y antes de cruzar el precioso parque que hay junto al palacio de exposiciones, atravieso la calle Ravenstein. Esta calle tiene un especial recuerdo para mí. Durante años estuve asistiendo a reuniones de un comité que se celebraban en un edificio antiguo situado al principio de esta céntrica calle. MI primer encuentro con Bruselas fue por culpa de esas reuniones. Al final del parque hay un espacio abierto donde han situado distintas esculturas. Y de ahí, callejeando se llega a la Gran Plaza.
Siempre que he estado en la Gran Plaza me ha parecido una de las plazas más hermosas que he visto. Perfectamente conservada, con su suelo de adoquín. Con esos edificios renacentistas y góticos civiles (tan difíciles de ver en España, donde casi todo el gótico es religioso). Tiene un encanto especial, y siempre merece la pena visitarla. Corro un par de vueltas entre los turistas, que me miran como si fuera un marciano. Paso fugazmente para ver a los muñecos de soldados ahorcados de la taberna ‘El rey de España’ (en Flandes no dejamos un buen recuerdo, creo) y salgo de la plaza por una de las calles laterales del Ayuntamiento (Karel Bulsstraat), para hacer una breve visita al Niño Meón de Bruselas (Manneken Pis). Antes de llegar al Menneken Pis, a la izquierda hay la estatua en bronce de un personaje acostado (un príncipe muy querido por la ciudad). Dicen que tare suerte tocarlo y la estatua está totalmente pulida de los sobeteos que le da el personal supersticioso. A un par de calles está el Niño Meón, una de las estatuas de referencia en Bruselas. Si alguien espera algo espectacular, que se olvide. Es muy, muy pequeño. En esta ocasión vestido con un uniforme para la ocasión (posiblemente alguna conmemoración de la ciudad; al niño se le viste con frecuencia en función de las festividades), por lo que no lo vi en su habitual desnudez.
Volví a la plaza sobre mis pasos para regresar al hotel. Ahora el regreso es cuesta arriba y ya empiezan a pesar un poco las piernas. Gracias a mis zapatillas volví a disfrutar, aunque de forma un poco apresurada, de la Gran Plaza.


Fotos cortesía de mi compañera Mónica

domingo, 5 de septiembre de 2010

Dos meses para Nueva York


La primera vez que visité Manhattan, me parecía que ya había estado allí. Cualquier aficionado al cine, ha visto innumerables secuencias en películas donde se ven edificios, vistas, entornos de esta ciudad. Por eso cuando paseas por primera vez por sus calles no te sientes extraño. Parece que ya has andado por allí, y aunque parezca mentira sientes un poco que esa ciudad es tu ciudad. He vuelto a Nueva York muchas veces. Y tengo recuerdos imborrables de mis visitas a Nueva York. Allí he estado con mi mujer y mis hijos, con amigos, con compañeros de trabajo. También con personas que me han hecho daño. EN Nueva York me he encontrado algún famoso paseando por la Quinta Avenida, he visto un desfile del orgullo Gay, he regateado en el barrio chino, he visto jugar al baloncesto en sus calles, he vivido la mayor tormenta con rayos de mi vida, he pasado frío y calor, jugar y apostar partidas rápidas de ajedrez en la esquina del parque Washington, he visitado todos los puntos de referencia (incluyendo las torres gemelas antes y después del 11 S), la pista de hielo del Rockefeller Centre, he tocado el piano gigante de Fao Swartz, subido al Empire (de día y de noche), he comprado un diamante en la calle 47, me he comido un perrito en la calle, he visto donde mataron a Lennon,… y siempre que vuelvo, regreso a muchos de estos lugares, bien porque me apetece, bien porque hago de guía gratuito para los amigos con los que suelo viajar. Cuando estoy solo, suelo regresar a mis sitios favoritos (que cada vez cuento menos porque con los años te vuelves egoísta). Y nunca me canso de volver a esa ciudad, que es de todos, porque así lo ha querido el cine.

También he corrido por Nueva York. Siempre que viajo, voy con mis zapatillas y he tenido la suerte de correr por sus calles y avenidas, y por Central Park. Correr por Nueva York, es cumplir con el sueño de cualquier corredor, porque también el cine ha convertido en un icono el correr por esta ciudad. Y la ciudad respeta a los que corren, sabiendo que es un atractivo más de la ciudad. Y Central Park está hecho para correr por sus calles y rincones. Nunca te sientes solo corriendo por Central Park. Siempre hay gente corriendo, da igual la hora o el día.

Y otro sueño de cualquier corredor es correr algún día la Maratón de Nueva York. Esa imagen repetida todos los años por televisión de miles de corredores atravesando sus puentes es un poderoso imán para los que corremos como afición. Y esa multitud animando por las calles y sobre todo al entrar en Central Park…

Tengo la suerte de estar a dos meses de ese sueño, que no es tan fácil de conseguir. Ya estoy metido de lleno en la preparación de esa carrera, para que si llego al corral de salida, poder disfrutar al máximo de esa experiencia. Ya pienso en las muchas etapas que todavía me quedan por cubrir para estar en ese corral: entrenamientos, carreras, viaje, feria del corredor, madrugón, ferry de Staten Iland, las carpas,… Pienso vivirlas todas con toda la intensidad que pueda, porque luego todo pasa muy rápido. Empecé a correr maratones para poder estar algún día en ese corral.

Si no me ocurre nada imprevisto, espero correr la Maratón de Nueva York dentro de dos meses y dos días. Será mi maratón número 13, mi segunda Major después de Boston. Ya vuelvo a tener esas mariposas en el estómago.

Maratones que he corrido

  • Maratón de Madrid: 2004 (3h 58m), 2005(3h 56m 42s), 2006(4h 15m 34s), 2007 (4h 06m 49s), 2009 (3h 40m 20s), 2012 (3h 19m 36s), 2013 (3h 13m 59s), 2014 (3h 40m 58s), 2015 (3h 19m 33s), 2017 (3h 58m 12s), 2018 (3h 45m 4s), 2019 (4h 6m), 2021 (4h 11m 56s), 2022 (4h 8m), 2023 (4h 11m 51s)
  • Maratón de Donosti: 2007 (4h 4m 52s), 2017 (3h 38m 40s)
  • Maratón de Toral de los Vados: 2008 (4h 11 m 16s)
  • Maratón de Marrakech: 2009 (3h 58m 4s)
  • Maratón de Oporto: 2009 (3h 30m 34s)
  • Maratón de Zaragoza: 2009 (3h 56m 32s)
  • Maratón de Sevilla: 2010 (3h 47m 27s), 2019 (3h 50m 13s)
  • Maratón de Boston: 2010 (3h 29m)
  • Maratón de Nueva York: 2010 (3h 28m 38s), 2019 (3h 55m 38s)
  • Maratón de Málaga: 2010 (3h 52m 16s)
  • Maratón de París: 2011 (3h 29m 43s)
  • Maratón de Berlín: 2011 (3h 23m 28s), 2022 (4h 5m 40s)
  • Maratón de Castellón: 2011 (3h 20m 14s)
  • Maratón Misteriosa (Tres Casas, Segovia), 2013 (3h 54m)
  • Maratón de Chicago: 2013 (3h 25m 37s)
  • Maratón de Londres: 2014 (3h 27m 58s), 2016 (4h 1m 18s)
  • Maratón de Amsterdam: 2014 (3h 28m 6s)
  • Maratón de Lisboa: 2015 (3h 34m 56s)
  • Maratón de Valencia: 2016 (3h 40m 32s)
  • Maratón de Tokio: 2017 (3h 39m 38s)
  • Maratón nocturna de Bilbao: 2018 (3h 44m 32s)
  • Maratón de Valdebebas: 2020 (4h 01m 49s), 2021 (4h 20 min.)
  • Maratón de Polvoranca: 2021 (4h 39m 25s)

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