¿Eres un corredor cutre? Espero que al final de estas líneas
puedas contestarte a esta pregunta. Veamos a continuación los distintos
personajes que configuran lo más cutre de las carreras populares.
El guarro.
Aunque pienso que no hay corredores guarros sino guarros que
corren, a veces es difícil determinar dónde está el nombre y dónde el adjetivo.
Ese corral abarrotado, donde de pronto aparecen uno o varios guarros con ese
olor a sobaco añejo, sobaco que no ha visto el agua y el jabón en mucho tiempo.
Vienen con su peste a cuestas, peste que se confunde a veces con litros de réflex
y que van dejando en estela según empiezan a correr. ¿Tan difícil es lavarse un
poco de vez en cuando?
El recortador.
En una carrera profesional, un recortador es un tramposo. En
una carrera popular, el que recorta es un memo. En el deporte popular uno lucha
consigo mismo, con sus marcas, con sus problemas. Recortar supone ganar unos
segundos… ¿a quién?, ¿a ti mismo? Hace
falta ser memo.
El que siempre chupa
rueda.
Aunque no tanto como en el ciclismo, en una carrera de
fondo, chupar rueda también tiene beneficios. Puedo llegar a entender que en una
carrera profesional, donde uno se juega además del caché, prestigio, ranking y
dinero, alguien pueda apostar con un comportamiento tan poco solidario, pero,
¿en una carrera popular? Pues si, en las
carreras populares existen esos personajes que se colocan a rebufo de uno o más
corredores a chupar rueda lo que haga falta. Y no dan un relevo ahí les maten,
salvo para pegar, cuando pueden, un hachazo a aquel/aquellos a los que ha
parasitado. En una carrera de fondo, especialmente en un maratón, uno compite
consigue mismo y el resto de corredores no son rivales, sino compañeros, por lo
que estos personajes lo que son es malos compañeros, unos indeseables.
El que se cuela en un
cajón que no le corresponde.
A estos nunca los he entendido. Corren a 5.30 ó 6 el
kilómetro y se meten en posiciones de 3.30-4. ¿Para qué? ¿Para ganar unos segundos/minutos
en el tiempo oficial? Estos personajes, que perjudican, y mucho, a los que
teniendo derecho a estar en una determinada posición en la carrera, se ven
frenados y entorpecidos, a veces son gregarios y entran en grupos en esos
cajones que no les corresponde. Arranca la carrera y como corren mucho más
despacio, forman tapones, provocan enfados y, lo que es peor, hasta caídas.
Muchas veces, las propias organizaciones meten “paquetes de vips” en las partes
delanteras de las carreras, vips que no corren una higa y que a veces provocan
muchos problemas. He visto compañeros tropezar con alguno de estos y estar a
punto de lesionarse, y encima a veces se encaran con un “¡tío, ni que vayas a
ganar la carrera!”. Ignorantes, pretenciosos, cutres al cabo. Por favor, no me
sean cutres y ¡pónganse en su sitio!
Los
fotocopiadorsales.
Siempre ha habido gente que corre sin dorsal. Mal. Consumen
recursos de los que si lo han pagado y ocupan un espacio que no les corresponde.
Pero al menos, al llegar a meta, se les desvía y no acceden a los privilegios
de acabar una carrera. Hoy, muchos de estos ladrones de recursos, se fotocopian
dorsales auténticos y no solo esquilman los recursos durante la carrera, sino
que tienen la geta de entrar en la zona de meta y hacerse con todo aquello que
está reservado para los corredores que si tienen dorsal: liquidos, frutas,
incluso medalla. Si los recursos fueran ilimitados, esto sería una anécdota,
pero en ocasiones estos buitres son tan numerosos, que hacen que muchos
corredores que acaban después, corredores que si pagaron su dorsal, se queden
sin líquido en meta, sin avituallamiento sólido, sin medalla,… Sinvergüenzas.
Los acaparadores.
La cutrez de estos alcanza límites insospechados. En
carrera, si se reparten geles, se llenan los pantalones. En meta acaparan agua,
botellas de isotónico, plátanos, manzanas,… todo lo que pueden. Estos también
dejan a dos velas a los que llegan detrás. El valor económico de todo lo que
pillan, no supera ni un euro, pero se van tan contentos a casa para que su
parienta/e vea lo listo/a que es. Pero claro, el que llega a meta y se
encuentra sin agua… A veces, cuando delante mía alguien coge varias botellas, o
plátanos,… se lo suelo afear. Lo normal es que me ignoren, pero en ocasiones se
“engallan” y hacen valer su supuesto derecho a arrasar. Cutre, cutre, cutre.
Si te ves reflejado en uno o varios de estos estereotipos,
lo siento, eres un corredor cutre, cuando menos. A lo mejor, además, eres una
mala persona.
2 comentarios:
Después de leer tu entrada me quedo aliviada, no cumplo los requisitos del corredor cutre, bien!!!
Faltó el que arranca tarde y se lanza a atropellar a los más lentos para que se quiten, porque ahí viene el "élite".
Hay una hora de partida y muchos nos ponemos donde nos corresponde, es decir con las tortugas de últimos. Choca recibir un codazo o un empujón de uno de estos tipos. Si llega tarde y le toca salir de último que sea atenga al tráfico y respete a los demás. La próxima vez que se levante más temprano.
Publicar un comentario