La Media Maratón de Madrid (celebrada el pasado domingo) es como una fiesta. Y este año, que salía del Retiro (a causa de las obras en el estadio Vallehermoso), la fiesta tenía aun más aroma a MAPOMA (¡vaya rima más chusca!) que otros años. Hemos estrenado nueva salida y nueva llegada, y no ha habido los problemas de aglomeraciones que hubo el año pasado, especialmente a la llegada. Ambiente de lujo, más de 12.000 corredores, un día espectacular, y todo el centro de Madrid para nosotros.
Ya notas lo especial de la carrera en el Metro, con todas las estaciones donde hay trasbordos totalmente abarrotadas. Muchos grupos de corredores que vienen de fuera de Madrid, muy animosos. Los lugareños vamos más silenciosos, a veces mirándonos con algo de recelo (es curioso, con todo lo que nos une, que vayamos lanzándonos esas miradas de sospecha). Como es la Media más popular de la capital, mucha gene la elige como ‘su primera media’. Algunos de estos van con su pareja, o hijos acompañándoles hasta el Retiro, deseándoles suerte.
Este año estrenamos también el nuevo chip que va en el dorsal, que dicen es mucho más preciso y seguro que el que va en los pies. No sé por qué, pero últimamente tengo suerte con las colas. En todas las mesas había una gran fila para recogerlo, menos en la mía, por lo que no me llevó más de un minuto. A cinco minutos del comienzo de la carrera aun había mucha gente recogiendo el chip.
Este año tengo una anécdota increíble. A falta de diez minutos, el dorsal nº 1 (Kabtamu Reta, que luego ganó la carrera) y el dorsal nº 2, estaban totalmente perdidos y desconcertados en medio de la marea de populares (entre los que me encontraba) y a más de 300 metros de la línea de salida. No sabían cómo salir de allí y parecían nerviosos y asustados. Nadie se fijaba en ellos y ellos no sabían qué hacer. Yo no podía dar crédito a que los dos primeros dorsales no tuvieran a alguien de la organización ayudándoles. Me dirigí a ellos en inglés y les encaminé, por un lateral de la calle principal hacia el arco de salida. Supongo que llegaron bien, porque Kabtamu ganó la carrera.
Ya notas lo especial de la carrera en el Metro, con todas las estaciones donde hay trasbordos totalmente abarrotadas. Muchos grupos de corredores que vienen de fuera de Madrid, muy animosos. Los lugareños vamos más silenciosos, a veces mirándonos con algo de recelo (es curioso, con todo lo que nos une, que vayamos lanzándonos esas miradas de sospecha). Como es la Media más popular de la capital, mucha gene la elige como ‘su primera media’. Algunos de estos van con su pareja, o hijos acompañándoles hasta el Retiro, deseándoles suerte.
Este año estrenamos también el nuevo chip que va en el dorsal, que dicen es mucho más preciso y seguro que el que va en los pies. No sé por qué, pero últimamente tengo suerte con las colas. En todas las mesas había una gran fila para recogerlo, menos en la mía, por lo que no me llevó más de un minuto. A cinco minutos del comienzo de la carrera aun había mucha gente recogiendo el chip.
Este año tengo una anécdota increíble. A falta de diez minutos, el dorsal nº 1 (Kabtamu Reta, que luego ganó la carrera) y el dorsal nº 2, estaban totalmente perdidos y desconcertados en medio de la marea de populares (entre los que me encontraba) y a más de 300 metros de la línea de salida. No sabían cómo salir de allí y parecían nerviosos y asustados. Nadie se fijaba en ellos y ellos no sabían qué hacer. Yo no podía dar crédito a que los dos primeros dorsales no tuvieran a alguien de la organización ayudándoles. Me dirigí a ellos en inglés y les encaminé, por un lateral de la calle principal hacia el arco de salida. Supongo que llegaron bien, porque Kabtamu ganó la carrera.
Como siempre, varios minutos hasta pasar por la salida y muchos empujones en el primer kilómetro. Pero pronto puedes empezar a correr más o menos bien y hay que decir, que como en la San Silvestre, es una carrera en la que nunca vas solo (para lo bueno y para lo malo).
El recorrido se parece mucho al antiguo, aunque según algunos compañeros dicen que es algo más severo, porque al final tiene casi un kilómetro de subida exigente, que incluso ha dejado clavados a los profesionales. A mi, personalmente, me ha gustado. El recorrido es muy bonito. La primera cuesta hasta Plaza de Castilla (pasando por Príncipe de Vergara, Diego de León –ahora hacia abajo-, Almagro, Santa Engracia y Bravo Murillo) se hace llevadera. Es el comienzo de la carrera y sobran las fuerzas. Otra vez matrícula de honor para los bomberos de Santa Engracia, siempre animando. Desde Plaza de Castilla (km 8) hasta prácticamente el km 18, es una sucesión de toboganes, predominando los tramos cuesta abajo. Se pasa por toda la calle Serrano hasta la cuesta de Diego de León (la que antes hicimos al revés), para volver a bajar hasta el Retiro. Y ahí empieza lo divertido, en el km 18,5, una subidita que nos dejó a todos sin resuello y con las piernas en las últimas. Una trampa para la mayoría de los corredores. Mucha gente animando en la parte final de la carrera. La llegada al Retiro, si no fuera por la cuesta, espectacular. Hace dos semanas hice mi mejor marca en “media” (en la Universitaria). Hoy, si consideramos que esta está bien medida (¡menos por mi Garmin!), he hecho mi mejor marca. Estoy muy satisfecho de la carrera. Buen entrenamiento para MAPOMA.
El recorrido se parece mucho al antiguo, aunque según algunos compañeros dicen que es algo más severo, porque al final tiene casi un kilómetro de subida exigente, que incluso ha dejado clavados a los profesionales. A mi, personalmente, me ha gustado. El recorrido es muy bonito. La primera cuesta hasta Plaza de Castilla (pasando por Príncipe de Vergara, Diego de León –ahora hacia abajo-, Almagro, Santa Engracia y Bravo Murillo) se hace llevadera. Es el comienzo de la carrera y sobran las fuerzas. Otra vez matrícula de honor para los bomberos de Santa Engracia, siempre animando. Desde Plaza de Castilla (km 8) hasta prácticamente el km 18, es una sucesión de toboganes, predominando los tramos cuesta abajo. Se pasa por toda la calle Serrano hasta la cuesta de Diego de León (la que antes hicimos al revés), para volver a bajar hasta el Retiro. Y ahí empieza lo divertido, en el km 18,5, una subidita que nos dejó a todos sin resuello y con las piernas en las últimas. Una trampa para la mayoría de los corredores. Mucha gente animando en la parte final de la carrera. La llegada al Retiro, si no fuera por la cuesta, espectacular. Hace dos semanas hice mi mejor marca en “media” (en la Universitaria). Hoy, si consideramos que esta está bien medida (¡menos por mi Garmin!), he hecho mi mejor marca. Estoy muy satisfecho de la carrera. Buen entrenamiento para MAPOMA.
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