Cortesía de Forofos del Running |
Hace 10 años, corrí por
primera vez una Maratón, justo ahora hace diez años, y fue la Maratón de
Madrid. Por eso esta maratón será
siempre especial. Lo que se siente al cruzar por primera vez una meta en una
maratón no se olvida nunca y es, posiblemente, uno de los motivos que te
empujan a repetir esa experiencia una y otra vez. Solo esperar poder revivir
ese momento, hace que merezca la pena el esfuerzo de correr una maratón. Además
la Maratón de Madrid, es la maratón de mi ciudad, la ciudad donde vivo; eso
también la hace especial. Pasa por algunos lugares por los que entreno, paseo,
vivo. Este año el recorrido pasaba a menos de doscientos metros de la puerta de
mi casa.
Recuerdo algunas
sensaciones de esa primera maratón y del orgullo que me produjo haber
participado en un evento que yo consideré como extraordinario. Diez años
después y algunas maratones más, me hacen ver, con un poco de pena, como ha
cambiado esta carrera y en alguna cosa esencial, a peor.
En lo positivo. La
carrera es espectacular, especialmente si sale un día soleado como ocurrió el
domingo. Desde que se sale de la Casa de Campo hasta que se llega a Atocha, el
recorrido es un poco feo, pero es muy difícil conseguirlo al 100%. Y el resto
es precioso, pasando por lugares emblemáticos como la puerta del sol o el
Palacio Real. Sigo pensando que si se hiciera al revés mejoraría mucho
(incluyendo la dureza del mismo), pero es una batalla perdida. La parte
'avituallamiento' y 'acompañamiento médico', sigue siendo de primera (y eso es
fundamental). Cada vez más madrileños y visitantes se lanzan a animar la
carrera, aunque es este punto estamos aún lejos de otras maratones. Habría que
conseguir gente animando en todo el recorrido, y eso pasaría por una
concienciación de la gente a base de buenas campañas previas a la propia
maratón. Pero hay puntos realmente especiales, como la Puerta del Sol o la
cuesta a la salida de la Casa de Campo.
En lo negativo. Desde que
es R&R, el número de bandas y su "calidad" ha bajado sensiblemente
desde la primera edición (hace tres años). EL primer año, muchas bandas y
mejores. Este año, escasas. Bolsa del corredor mediocre. Guardarropa lejos de
la salida (esto es cutre y de muy mala organización, aunque siempre mejor que
el desastre de 2013). En mi opinión, es muy negativo la organización de una
media y un 10k simultáneo. Solo sirve para que la organización gane dinero (que
no debiera ser el objetivo) y para que los medios 'se crean' que corren 30000
la maratón de Madrid y puedan hacer la foto de la Castellana petada de gente. Esto es negativo para los maratonianos, que
debieran ser los auténticos protagonistas.
Si esto es una Maratón, pues eso. Los cajones o corrales son un
desastre. Se cuela quien quiere y no hay un
mínimo control serio. O lo haces bien o no lo hagas. Hay muy buenos voluntarios, pero mal dimensionados
para esta carrera. Y por favor, a los voluntarios hay que enseñarles lo que
tienen que hacer, no dejarles a los leones.
Lo muy negativo. Esta
debe ser la Maratón con más corredores furtivos (sin dorsal, dorsales
fotocopiados,…). Cuando algo sale mal, la organización es a quién le echa la
culpa de todo. Por su culpa los
problemas de dimensionamiento de recursos se empeoran aún más. Son mala gente y
un cáncer para las carreras populares. Si quieres correr sin pagar, corre otro
día. Y en España es donde hay más cutre-corredores (con o sin dorsal, da
igual). Aquellos que acaparan recursos a costa de que alguien se quede sin lo
que le corresponde. Si pueden coger 8 geles, los cogen; si pueden coger dos
bolsas, las cogen,… y así con todo lo que pillan. Yo recriminé en carrera a un
geta que llevaba más de 4 geles y con todo el descaro me dijo que los cogía
para repartirlos. Hace falta tener cara dura. Y por último, el domingo la meta
era casi un estercolero. Miles de corredores habían tirado al suelo plásticos,
botellas, cascaras de plátano, etc. La imagen era tercermundista. Por favor, un
poco de civismo. No sé por qué me da que son los mismos: cutres y guarros.
Mi carrera.
Dos semanas después de
haber corrido la Maratón de Londres, con algunos problemas para terminarla en
buenas condiciones, llega esta maratón, que es la maratón de mi ciudad, la
maratón donde empezó todo. Muchos compañeros de entrenamiento la corrían (Edu,
Jorge, Jose) y con pretensiones de hacer marcas personales. Durante toda la
semana previa, otra vez las mariposas revoloteaban por mi estómago, y por
supuesto me ofrecí para hacerles de liebre en algún momento. Pero aunque la
razón me decía que no debería correr, en el fondo deseaba que pasara lo que al
final pasó: el mismo sábado, un día antes, un amigo, Angelín, me regaló su
dorsal porque él no podía correr por lesión. Y aunque lo cogí sabiendo que lo
emplearía para correr toda la Maratón, mi discurso que pretendía engañar a la
razón era que “saldría a ver qué pasa, a llegar donde pudiera”. De esa manera
corrí también la maratón de Chicago, en minicarreras de 5k: primero 5, luego
otros 5,…
Y sin los nervios de toda
una semana, me levanté dispuesto a afrontar la maratón de la mejor manera
posible, a rodar a un ritmo menos exigente del habitual y acompañar a Jorge y
Edu que querían ir para llegar a 3h 40m. El día salió precioso, y después de
dejar las cosas en el ropero, donde nos esperaban Laura y Carlos, también
compañeros de entrenamiento, nos dirigimos hacia la salida, a más de veinte
minutos de paseo andando a buen ritmo.
Para mí, salvo por un
dolor en la ingle que me apareció dos semanas antes en Londres, todo fue
perfecto. Los kilómetros caían uno tras otro, y disfrutando de la ciudad y el
ambientazo de la maratón, me planté a la salida de la Casa de Campo, donde
realmente empieza la carrera, casi sin darme cuenta. Gracias también a la
compañía de Fernando, Gregorio, Jesús,
que a trozos nos fueron acompañando y dando ánimos. Para entonces Edu ya estaba
sufriendo mucho, algunos kilómetros detrás, y Jorge también se había rezagado.
Me quedaba poco más que el último diez mil, y ya era cuestión de apretar los
dientes y mantener el ritmo. Es la zona peor de la carrera, no solo por el
kilómetro en el que estás, sino porque también es la zona más desangelada y con
menos público. El nuevo recorrido de la Maratón, hace que se llegue al Retiro
con menos pendiente, pero ese “ida y vuelta” por la Castellana y luego Príncipe
de Vergara se hace eterno. Aun así, pude esprintar después de entrar al Retiro.
Por fin la meta. Un poco más de 3h 40m. Una vez más sientes la emoción que
supone cruzar la meta en una maratón.
3 comentarios:
Gran manera de celebrar tu décimo aniversario en el estreno del Maratón.
Muchas felicidades.
Muchas felicidades por ese aniversario y la Maratón inesperada
No se me ocurre mejor forma de celebrar tu décimo aniversario maratoniano! me parece increíble lo bien que te recuperas, si hacía solo dos semanas de Londres! un beso enorme y que vengan muchas más.
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