domingo, 22 de abril de 2012

Los objetivos ocultos en los Maratonianos. Maratón de Madrid 2012.

La mayoría de los que corremos maratones nunca confesamos nuestros objetivos reales en una carrera. Una maratón presenta tantas variables, que incluso habiendo entrenado bien, las circunstancias de la carrera te pueden llevar al fracaso de tus objetivos. Y por eso, lo mejor es no confesarlos. A la pregunta de “¿Cuánto quieres hacer?” suele responderse algo así como “bueno, yo con terminar…”, ó “yo intentaré disfrutar la carrera…” o mi preferida “yo, con bajar de –aquí un tiempo generoso- me doy por contento”. Hoy he corrido la Maratón de Madrid, y ante la susodicha pregunta, yo había estado esquivo, como siempre: “yo con bajar de 3-30, me doy por satisfecho”. ¡Y un cuerno!. Después de la preparación, las tiradas largas, las series, el gimnasio,… de tanto esfuerzo durante varios meses, en mi fuero interno tenía metida en la cabeza una cifra: 3h 15m, que es la marca mínima que me piden para poder correr la Maratón de Londres (me resisto a correrla pagando a una agencia). Esta marca es muy exigente, si consideramos que mi mejor maratón fue la del año pasado en Castellón (en Diciembre), donde hice algo más de 3-20, pero en un trazado totalmente plano, siendo que Madrid tiene fama de ser de las maratones más duras del mundo mundial. Pero yo tenía entre ceja y ceja ese 3-15.


Desde el principio me coloqué cerca del globo de 3-15 (el globo, para los que no corren, es un globo que lleva un ‘marcador de tiempos’, vamos una liebre o “pace maker” que te asegura llegar a meta en un tiempo dado). El día era perfecto, al principio un poco de fresco y luego calor, pero sin viento ni lluvia. Mucha más gente de la habitual animando en las calles, alguna banda de rock más (por eso de que lo patrocinaban unos yankees que promueven el Rocknroll en las carreras). Además correr “en casa” un trazado que ya has hecho otras veces te permite regular mejor, sabes donde te va a tocar sufrir, donde puedes recuperar,… Y sin olvidar que vas encontrando amigos, colegas, foreros y blogueros amigos que te insuflan ánimo (¡gracias a todos!). Aguanté bien el ritmo hasta el km 25, pero entrando en la Casa de Campo, empecé a sentir el peso de la carrera y tuve que aflojar un poco. Aun así tenía el globo a la vista y casi hasta el final tenía la esperanza del milagro que me devolviera fuerza a las piernas. EN el km 30 se me unió para hacerme de liebre mi compañero Fernando Lledó (que aun siendo del Barça y habiendo perdido ayer es un gran tipo). La presencia de Fernando me ayuda a recuperar un poco el ritmo (¡mil gracias Fernando!). Pero Madrid es Madrid, y al final te espera la cuesta del Retiro que te da la puntilla. Aun así, pude esprintar para entrar por debajo de 3-20 haciendo mmp. Me ha sobrado medio kilómetro para bajar de 3-15 (¿o quizás me falta algo de entrenamiento, o sobrado la cuesta final del Retiro?). Bueno, es lo grande de la Maratón, que cada vez te ofrece nuevos retos para el futuro. ¿Quién sabe si la próxima?.

 Y no quiero acabar esta crónica sin mi juicio crítico a la organización. Casi todo bien, especialmente la organización en la llegada, pero… eso de poner el guardarropa en la llegada, a más de tres km de la salida, es una auténtica canallada. Especialmente para aquellos cientos de corredores que no se habían dado cuenta y que tuvieron que correr más de seis km extra antes de empezar. Y una vez más el fiasco de las inscripciones: 13000 inscritos y menos de 10000 “finishers”. Mientras la organización no deje de engañar con estas cosas (¿Cuántas inscripciones se regalan?) MAPOMA no dejará de ser una carrera de ‘segunda’ a la que ya han pasado de largo maratones como San Sebastián, Sevilla, Valencia y Barcelona (no todo es el número de inscritos). Y eso que hoy me he reconciliado un poco con mis conciudadanos que han animado en gran parte del recorrido, más de lo habitual.
http://www4.marathon-photos.com/maps/mypace.py?event=Sports/GKDE/2012/Madrid%20Marathon&bib=1982&lang=es&locale=es
 Le dedico esta crónica a Javi Sanz, coleccionista de Maratones, que hoy ha visto pasar la carrera desde la Clínica Moncloa, y que hoy ya iba a dormir en casa. ¡Animo Javi!