domingo, 13 de septiembre de 2009

La vuelta al cole: "La Melonera"

Por mucho que ya no estemos en el colegio (prefiero ni siquiera echar cuenta de los años), el mes de septiembre siempre será el ‘de la vuelta al cole’. Incluso periodistas, políticos, deportistas,…, consideran septiembre como la vuelta al cole. La mayoría de funcionarios (entre los que me cuento), tienen las vacaciones en agosto, por lo que septiembre sigue teniendo ese significado.

Este año me he sentido como unos de esos niños empollones que están deseando que empiece septiembre para volver al colegio. Con el objetivo de la maratón de Zaragoza, he procurado salir a correr casi todos los días en Agosto, pero allí donde yo veraneo (incluyendo varios cientos de km a la redonda), no hay una sola carrera popular. Por ello han sido entrenamientos en solitario, con mucho calor y humedad, a nivel del mar y en una zona con muchas cuestas. Con sensaciones pobres por culpa de unos ritmos de carrera bajos. Ya tenía ganas de ponerme un dorsal, de probar qué tal iba.

Regresé a Madrid el 31 de Agosto y desde el día siguiente ya he retomado salidas más normales, con los colegas de siempre. He empezado a notar un mejor tono en las piernas, y he seguido con mono de ‘dorsal y carrera’ hasta ayer, que corrí ‘La Melonera’ (10,06 km).

El tiempo nos acompañó, porque el día se puso de pronto oscuro, como de tormenta. Incluso cayeron cuatro gotas antes de la carrera. Luego salió el sol, pero no hizo demasiado calor. Allí me encontré con compañeros de nuestro club universitario (UC3Marathon): Carlos, su hermano, Eduardo, Alejandro, Jesús (el cubano) y un chaval que corre croses universitarios con la Universidad (no recuerdo su nombre, ¡disculpa!). A Jorge nos lo encontramos en el km 3, pero le pasamos y no volvimos a verle. Carrera muy lenta los primeros km por culpa de las aglomeraciones y los melones de siempre, que corriendo a ritmos muy lentos, se empeñan en ponerse muy delante en la salida. Durante más de dos km prácticamente no se puede correr en condiciones. Eduardo salió por delante, y yo me mantuve todo el rato con Alejandro. Corrimos muy a gusto a partir del km 3, donde ya se despeja algo más la carrera, y sufrimos las tres o cuatro cuestas que tiene la carrera. El chaval de los croses nos pasó como una exhalación hacia el 7. Pero con muy buenas sensaciones, a pesar de ser la primera carrera de la temporada. Al final llegamos sobre 46m 22s.

Bueno, ya me he quitado el mono, tengo por delante un montón de carreras antes de Zaragoza y, bueno, gracias a esta afición se puede encarar la vuelta al trabajo con mucho más optimismo.