lunes, 17 de agosto de 2009

Marta Dominguez, campeona del mundo

Acaba de ocurrir. Marta Domínguez ha ganado la medalla de oro en el Mundial de Atletismo de Berlín, y frente a las más grandes. Para los que corremos como afición, Marta siempre ha sido un ejemplo a seguir. Siempre sufriendo, siempre dando la cara, siempre competitiva, y pese a los contratiempos que a veces ha tenido, siempre sonriendo. Con esa sonrisa que ilumina, que llena todo un estadio de atletismo. Cuando en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín se cayó en aquella valla, todos nos caímos con ella. Todos sufrimos cuando la vimos levantarse, desorientada, pero con la idea fija de llegar a la meta, de ganar pese a la caída. Todos sentimos la pérdida de esa medalla como si fuéramos nosotros los que corríamos. A todos se nos quedó esa espina clavada. Porque Marta no se merecía esa mala suerte. Hoy Marta se ha sacado esa espina (aunque la espina de unos JJOO solo se saca en otros JJOO), y con ella nos la hemos sacado todos. Cuando cruzaba la meta, me he visto levantando los brazos con ella. Marta, enhorabuena campeona. Te lo mereces y además nos has hecho felices a muchos aficionados que te admiramos. Eres grande. Muy grande.